«Bajo los techos de París» de 1930 dirigida por René Clair

La llegada del cine sonoro supuso una gran revolución en la industria cinematográfica mundial, pero en Francia fue especialmente relevante ya que surgieron un gran número de cineastas independientes, que experimentaron con la imagen y el sonido. Dos grandes precursores de un nuevo vanguardismo fueron René Clair y Jean Vigo, que ejercieron una influencia directa en los inicios del llamado Realismo poético francés.

Si la irrupción del sonido en el cine supuso un gran cambio en el modo de concebir el cine, no fue menos importante la influencia de la realidad política y económica que se vivía en la Francia de entreguerras. Las fuerzas de la izquierda tras las grandes derrotas que ésta había sufrido en Europa Occidental durante 1933-34, formaron una coalición de partidos políticos afines llamado Frente Popular (Front populaire) y que gobernó en Francia entre 1936-1937.

Las características que definieron el movimiento del Realismo poético francés, no son solo consecuencia de las influencias culturales de principios del siglo XX y su impulso creativo, sino también de la necesidad de utilizar el cine como un medio para expresar ideas de carácter político y social, que tuvo un gran  desarrollo bajo la supervisión y tutela del Frente Popular. Las influencias culturales que contribuyeron decisivamente en este movimiento cinematográfico, fueron fundamentalmente:

  • La literatura naturalista de finales del siglo XIX y que nace como contrapunto al romanticismo y cuyo principal impulsor fue Emile Zola. Se caracteriza por la ausencia del libre albedrío, resultado de la suma del determinismo genético y la influencia del medio ambiente.
  • El vanguardismo cinematográfico transgresor, como el dadaísmo de René Clair o Picabia  y el surrealismo poético de Jean Epstein o Jean Cocteau. Movimientos muy imaginativos, claramente anti dogmáticos y transgresores.
  • El expresionismo alemán, nacido de la incertidumbre política y moral de la década de los años veinte en alemania. Como resultado de dichas influencias, se fueron definiendo los principios generales del realismo poético como movimiento cultural en el cine que agrupó a varios directores. 

Al igual que los films expresionistas de los años veinte, casi todos los escenarios son urbanos, la mayoría situados en  París (aunque exista algún ejemplo en las colonias) concentrados sobre la misma idea de la ciudad y de los cambios que se están produciendo. Esta es la faceta más “realista”, la ciudad como la personificación del vicio, con calles deformes y arquitecturas torturadas.

Las películas nos muestran una atmósfera lúgubre y pesimista, con una iluminación repentina de las calles que son brumosas, ensombrecidas y bañadas por un entreluz que se sitúa siempre al amanecer o al atardecer. Es un periodo que dió grandes directores de fotografía como: Armand Thirard, Eugen Schüfftan, Curt Courant, Claude Renoir, Jules Kruger o André Bac.

Otra de las características del movimiento realismo poético se encuentra en la utilización de decorados.  La reconstrucción de la realidad en los estudios otorga a las películas de éste período un extraño halo irreal, imprimiendo a las imágenes una estética visual que ayuda a añadir un cierto lirismo al pesimismo de las películas y a su lúgubre mirada.Para ello los directores contaron con la ayuda de grandes decoradores como Alexandre Trauner de origen húngaro y  el director artístico Lazare Meerson.

La importancia del diálogo: Gran parte de las escenas son  filmadas para servir a estos diálogos, en el sentido en que la palabra y la idea expresada verbalmente, se convierte en el centro de atención. Existieron varios autores fundamentales en éste movimiento: los guionistas y dialoguistas Jacques Prévert y Henri Jeanson, el guionista belga Charles Spaak y el escritor y productor Marcel Pagnol

 Son característicos los personajes malditos, representantes de una clase social baja, obreros, artistas o individuos marginales, pero sobre todo marcados por un fatalismo del que no pueden escapar. Lo que busca es poetizar esa realidad cotidiana de dichos personajes, de forma que el lirismo nace de la propia realidad y no de su manipulación. No se trata de estetizar una realidad gris sino de plasmarla, de hacerla patente  y buscar en ella la esencia de las cosas y del momento. En las historias del realismo poético subyace en todo momento un gran sentido de tragedia cotidiana.

Aunque Bajo los Techos de París (Sous les toits de Paris, Francia, 1930),no fue la primera cinta sonora francesa propiamente dicha, sí es el primer musical de René Clair y la película que situó al director en el panorama cinematográfico internacional. El film fue famoso por el uso del técnico del sonido y su elevado valor artístico. En el cine francés durante la década de 1930, la relación entre sonido e imagen encuentra un punto importante para la experimentación, siendo de gran influencia en el movimiento del realismo poético.

Es un film de gran importancia por sus diálogos, por el uso del sonido ambiente y, como no, por la música. La película comienza con un original plano secuencia de casi dos minutos, donde la cámara montada en una grúa, se desplaza por los techos de la ciudad hasta alcanzar un primer plano de la calle. 

En ella vemos a un grupo de personas cantando Bajos los Techos de París. Mediante este moderno travelling, Clair nos muestra las modestas viviendas y estrechas calles de un barrio de París y cómo el sonido va aumentando de volumen a medida que la cámara se acerca al grupo de cantantes callejeros. Aunque la totalidad de la película se filmó en un estudio, nos transmite un ambiente humilde donde se mezclan, personas de extracción modesta, migrantes, pequeños rateros, rufianes y artistas.

A pesar de que la historia pueda parecer bastante sencilla, la forma de contarla es realmente innovadora y envolvente.El director sabe alternar la música, los sonidos ambiente para destacar cada situación y todo lo que nos cuenta con los silencios.

El argumento se basa en un guión del propio René Clair, donde  Albert (Albert Prejean), un cantante callejero que se enamora de Pola (Pola Illery), una inmigrante polaca. Sin embargo, Pola  está siendo acosada por Fred ( (Gaston Modot) que es jefe de una banda de gansters y chulo de algunas chicas. Albert y Pola inician una relación, hasta que por una trampa preparada por el ganster, Albert es encarcelado. 

Mientras el cantante permanece en la cárcel, Louis, su mejor amigo, empezará a cortejar a Pola. Es curioso que los dos amigos se jueguen la posibilidad de salir con Pola a los dados, como si la relación entre ello estuviese muy por encima del amor por Pola. La puesta en escena de Clair es muy original y los desplazamientos de la cámara a través de un tragaluz del edificio donde vive Pola, nos permite atisbar lo que sucede en casa de cada vecino y de qué manera la pegadiza canción Bajo los Techos de París pasa de un piso a otro al ser cantada o tarareada, al igual que imitaría Rouben Mamoulian en 1932 en la película Love me Tonight .

FICHA TÉCNICA:

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