Me produce una gran emoción, la cultura de este pueblo milenario que tuvo su grandeza con el famoso Gengis Khan y que en la actualidad, muestra una adorable tozudez en no dejarse asimilar por ninguna de las dos grandes potencias que componen sus fronteras: La República China y la Federación de Rusia. Todo ello con un gran sentido del humor y resistencia serena.
El huevo del dinosaurio (Öndög) de 2019 es una reflexión sobre el ciclo de la vida que comienza irónicamente con un cartel que dice: “Basado en Hechos reales” , como si en el mundo occidental no pudiésemos creer que coexistimos con esta forma de vida. El director Wang Quan’an, es un componente atípico de la llamada sexta generación del cine chino .
La película en tres partes diferenciadas:
1- En el primer tramo, nos encontramos con un thriller policíaco bastante atípico y original, que se inicia con el descubrimiento del cadáver de una mujer desnuda en la fría y desértica estepa de Mongolia.
Un joven policía (Norovsambuu Batmunkh), ingenuo e inexperto, deberá procurar que el cadáver no sea devorado por los lobos mientras intenta sobrevivir al frío al son de Love Me Tender de Elvis Presley, porque no sabe ni encender un fuego. Por suerte, recibirá la ayuda de una joven pastora conocedora del medio, el clima y las armas para ahuyentar a los animales salvajes. Los paisajes son maravillosos planos generales muy lejanos que nos hacen disfrutar de unos bellos atardeceres de la mano del director de fotografía por Aymerick Pilarski.
2- En el segundo tramo, parece adquirir cierto interés el traslado del cadáver a la ciudad más próxima, pero allí el director nos muestra las profundas diferencias entre el pueblo nómada, que viven en tiendas de campaña hechas de piel de caballo, llamadas yurtas y el estilo de vida de las ciudades más modernas, muy influenciadas por China y, sobre todo, por Rusia.
Confrontando la inesperada, a menudo absurda, colisión entre tradición y modernidad: una antena parabólica balanceada contra el lado de la yurta de nuestra pastora; una fábrica humeante en el horizonte de la inmensa y solitaria llanura y, contra otro de esos horizontes que se desvanecen, el móvil que lleva la joven bajo las diferentes capas de ropa acolchada o los kits para el test de embarazo que nuestra pastora realiza en plena naturaleza.
3- En el tercer tramo, la película se aleja del relato criminal y se centra en el personaje de la pastora, interpretada por la actriz no profesional (Dulamjav Enkhtaivan). Apodada «Dinosaurio», es una mujer solitaria, no vive nadie más en cien kilómetros a la redonda y tiene asuntos que atender: vive del pastoreo de sus animales, la matanza de oveja para la carne, el fumar contemplativo de un cigarrillo. A pesar de la devoción que siente por ella un pastor vecino (Aorigeletu) que se acude a cada llamada de Dinosaurio para ayudarla en las tareas más difíciles por requerir fuerza bruta. El director nos detalla su manera de entender la vida, su libertad en aceptar sus relaciones sexuales y, sobre todo, cuál es su visión de la maternidad, todo ello con una gran integración del mundo animal en la vida cotidiana y la espontánea convivencia de estos seres humanos en su ámbito natural.
Por último, mencionar el significado del título de la película que utiliza a los dinosaurios como un símbolo del ciclo natural de la muerte y la vida. El primer fósil de un huevo (Öndög ) de estos seres prehistóricos fue descubierto precisamente en Mongolia y esta mujer hunde sus raíces en la era de la desaparición de los dinosaurios, para prolongar en el tiempo la especie humana, haciendo fértiles los huevos petrificados.
Hagamos un repaso al cine que habla sobre Mongolia
En las películas de Wang Quan’an, siempre se representan mujeres fuertes, al igual que en La boda de Tuya (2006), de mujeres completamente empoderadas en un entorno rural. Relata las aventuras de una mujer llamada Tuya que lucha por mantener su independencia y poder llevar una vida nómada, a pesar de las presiones del gobierno por impedirlo.
Tuya, es una mujer joven, guapa y fuerte, que trata de salir adelante con su marido tullido. Debido a las dificultades, se plantea buscar una solución inusual: divorciarse para volver a casarse con alguien que la ayude a cuidar de sus hijos, rebaños y también de su marido enfermo.
La directora mongola formada en Alemania, Byambasuren Davaa, presentó en 2004 el documental ficcionado llamado La historia del camello que llora nos cuenta la historia una familia de pastores de nómadas del desierto del Gobi. Una de sus camellas de a luz un camello albino, pero su madre lo rechaza. Así empieza la aventura de los pastores para encontrar una solución y conseguir que la camella acepte a su cría albina y la deje amamantarse.
Poco después, esta realizadora presentó El perro Mongol (2005). La película nos sumerge en las estepas del país para relatarnos la aventura de Nansal, la hija mayor de una familia de nómadas mongoles. Un día, Nansal se encuentra con un perro, pero su padre no quiere que se encuentra un cachorro mientras recoge leña para su madre en un campo cercano a la casa familiar. Desde el primer momento se encapricha del perrito, pero su padre tiene miedo de que les traiga mala suerte, ya que cree que puede haber convivido con lobos, y le pide que se deshaga de él
Urga, el territorio del amor (1991) es una de las películas más populares que se han rodado en Mongolia es este clásico de 1991 dirigido por el cineasta ruso Nikita Mikhalkov. Relata la historia de una familia que lleva un estilo de vida rural y modesto en la estepa mongola. La llegada de un ex soldado ruso mostrará las diferencias culturales entre las personas de ambos países. Mikhalkov, nos introduce en la vida de una familia de pastores mediante su cámara, captando la espectacular belleza de la estepa y realzándola mediante una maravillosa flauta de pan que suena a lo largo de todo el metraje. Nikita, nostálgico admirador de esta tierra, cruza en el camino de la familia a un ex-soldado ruso, que asistirá atónito a las costumbres de Gombo, Pangma y sus hijos: El cadáver del familiar en la pradera, el sacrificio de la oveja, la cena en familia y la partitura que menos espera uno escuchar en un país tan remoto como Mongolia.
Celestial Camel (2015) del director ruso Yuriy Feting. Los kamulkos, son una etnia que habita en el Bajo volga, pero que procede históricamente de las estepas mongolas y creen que el nacimiento de un camello albino es signo de buena suerte. Altynka es una cría de camello albino que es vendida por el patriarca de una familia para poder afrontar económicamente el nacimiento de su nuevo hijo. Tras la venta de Alynka, su madre, Mara, se escapa para encontrar a su cría. Su desaparición es un desastre para la familia, por lo que el hijo mayor, Bayir, a sus doce años, emprende un viaje por la estepa subido en una vieja moto para encontrar a Mara, que es la base del sustento familiar.
La cazadora del águila (2016) Es una extraordinario documental realizado por el norteamericano Otto Bell, que sigue a Aisholpan, una niña de Mongolia de 13 años que lucha contra una arraigada cultura misógina para convertirse en la primera cazadora de águilas en 2.000 años de historia dominados por hombres. Apoyado en una espectacular fotografía aérea y un metraje cercano y real, la película captura su travesía personal a la vez que aborda temas universales como el empoderamiento de la mujer, el mundo natural, la entrada en la edad adulta y el arranque de la modernidad.
Cada una de estas películas sobre las estepas de Mongolia merecen una entrada propia, por su belleza y autenticidad