Luis Buñuel: Un director iconoclasta, coherente y revolucionario

Es casi una obligación recordar y celebrar el nacimiento de un genio del cine y un pionero del surrealismo filmado. Luis Buñuel nacía un 22 de Febrero de 1900 en la localidad de Calanda (Teruel). Su padre, Don Leonardo, un indiano convertido en un burgués severo y justo de ideas liberales, se cansó enseguida del pueblo y se trasladó a Zaragoza, donde entró en contacto con los círculos intelectuales de la capital, aunque mantuvo la costumbre de veranear en Calanda con toda la familia, con su mujer María Portolés,sus siete hijos, las sirvientas y los amigos de la casa. 

Luis Buñuel confesó haber sido de niño muy religioso y creyente, pero en la adolescencia cayeron en sus manos libros de Spencer, Kropotkin, Nietzsche y Darwin, especialmente El origen de las especies, y comenzó a perder la fe. Con el tiempo, hizo famosa la frase «soy ateo, gracias a Dios». Fue providencial que al comenzar sus estudios universitarios fuese a para a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde inició sus estudios de Filosofía y Letras e hizo amistad con Salvador Dalí y el poeta Federico García Lorca.  

La etapa francesa de Luis Buñuel (1925-1930) 

En 1926 se trasladó a París y quedó vivamente impresionado por una película de Fritz Lang, Der müde Tod (Las tres luces), y decidió dedicarse al cine, para lo cual se ofreció como ayudante de Jean Epstein, con quien colaboró en el rodaje de Les aventures de Robert Macaire, Mauprat y La Chute de la Maison Usher. Gracias a la amistad que le unía a Salvador Dalí, trabajaron juntos para escribir su primer guión cinematográfico: Un perro andaluz de 1929

El filme, rodado en París por Luis Buñuel con dinero que le dio su madre, fue un escándalo, pero también un éxito en ciertos círculos que lo aplaudieron como el gran cineasta de vanguardia del momento. En un extracto del libro de Buñuel «Mi último suspiro» dijo: 

«Escribimos (Dalí y Buñuel) el guión en menos de una semana, siguiendo una regla muy simple: no aceptar idea ni imagen que pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o cultural (…) hubo 40 ó 50 denuncias en la comisaría de policía de personas que afirmaban que había que prohibir la película por obscena y cruel. Entonces comenzó una larga serie de insultos y amenazas que me ha perseguido hasta la vejez (…) Adoro los sueños, aunque mis sueños sean pesadillas y eso son las más de las veces. Están sembrados de obstáculos que conozco y reconozco. Esta locura por los sueños, que nunca he tratado de explicar, es una de las inclinaciones profundas que me han acercado al surrealismo. «Un chien andalou» nació de la convergencia de uno de mis sueños con un sueño de Dalí.» 

Una maravilla que cambió el curso del cine y con ello comenzó la carrera de un cineasta universal, fiel a su cine surreal, original y onírico, que abordó diversos géneros y subgéneros, como farsas, sátiras, comedias negras, dramas de corte neorrealista o pasionales melodramas, enfocando sus certeras críticas sobre las contradicciones de la religión católica y la hipocresía de la burguesía. 

Durante esta etapa francesa nos regaló varias obras inolvidables como La Edad de Oro de 1930, que comenzó como una nueva colaboración con Dalí, pero sus ideas políticas fueron cada vez más divergentes, terminaron peleándose  y Dalí abandonó el proyecto. La película fue un escándalo, al ser considerada un ataque deliberado contra el catolicismo, siendo prohibida por la policía parisina «en nombre del orden público». En ese periodo fue contratado por la MGM y se marchó a Hollywood, pero no se sintió cómodo y regresó a España.

Periodo español (1931-1937) 

Después de leer el estudio académico, Las Jurdes: étude de géographie humaine (1927) de Maurice Legendre, decidió hacer una película centrada en la vida campesina en Extremadura , una de las regiones más pobres de España. La película, llamada Las Hurdes: Tierra Sin Pan (1933), fue financiado con un presupuesto de 20,000 pesetas donado por un amigo anarquista de la clase trabajadora llamado Ramón Acín, a quien había ganado el dinero en una lotería. 

En la película, Buñuel combina escenas de las deplorable condiciones de vida de sus habitantes, con una narración que se asemeja a un comentario de un diario de viaje emitido por un locutor. Las Hurdes fue prohibida por tres gobiernos republicanos sucesivos y definitivamente por Franco cuando llegó al poder. Es una película que continúa desconcertando a los espectadores y se resiste a la fácil categorización de los historiadores del cine. Las Hurdes ha sido llamado uno de los primeros ejemplos de falso documental y ha sido calificado como un «documental surrealista»

Durante la Guerra Civil española (1936-1939), Buñuel se puso a disposición del gobierno republicano.  Esencialmente funcionó como coordinador de propaganda cinematográfica para la República, lo que significaba que estaba en condiciones de examinar todas las películas filmadas en el país y decidir qué secuencias podrían desarrollarse y distribuirse en el extranjero

El embajador español sugirió que Buñuel volviera a visitar Hollywood, donde podria dar consejos técnicos sobre las películas que se estaban haciendo allí sobre la Guerra Civil Española, así que él y su familia viajaron a los Estados Unidos. Sin embargo, casi inmediatamente después de su llegada a América, la guerra terminó y el conflicto español dejó de interesar.  Según la esposa de Buñuel, regresar a España era imposible ya que los fascistas habían tomado el poder, por lo que Buñuel decidió quedarse en los Estados Unidos indefinidamente, afirmando que estaba:

«inmensamente atraído por la naturalidad estadounidense y su sociabilidad «

Sin embargo, su etapa en Hollywood fue de los más frustrante. Obtuvo un contrato con los estudios MGM, pero ninguno de sus proyectos salió adelante.  En palabras de la biógrafa Ruth Brandon, Buñuel y su familia

 «vivieron de las insatisfactoria migajas de trabajo a otro,  porque no tenía nada de la arrogancia y la presión esenciales para la supervivencia en Hollywood». 

En su mayor parte, fue rechazado por muchas de las personas de la comunidad cinematográfica a quienes conoció durante su primer viaje a América, aunque pudo venderle algunas bromas a Chaplin para su película El gran dictador .

 Buñuel en su etapa Mexicana 

En 1945, el contrato de Buñuel con Warner Brothers expiró, y decidió no renovarlo. En aquel momento era la La Edad de Oro y cine mexicano estaba en su apogeo a mediados y finales de la década de los años cuarenta. Las películas representaban la tercera industria más grande de México en 1947 y Buñuel se encontró con el productor Dancigers para hacer una película juntos.

Entre ambos seleccionaron lo que parecía un éxito infalible , Gran Casino , una pieza musical de época ambientada en Tampico, durante los años de auge de la explotación petrolera, protagonizada por dos de los artistas más populares de América Latina: Libertad Lamarque , una actriz y cantante argentina, y Jorge Negrete. La película resultó un fracaso de taquilla que marcó a Buñuel, y pasaron más de dos años antes de que tuviera la oportunidad de dirigir otra película.

Dancigers le señaló que actualmente había una moda para películas sobre erizos callejeros, por lo que Buñuel recorrió las calles y barrios bajos de la Ciudad de México en busca de material, entrevistando a trabajadores sociales sobre la guerra de pandillas callejeras y niños asesinados. Durante sus investigaciones recientes en los barrios bajos de la Ciudad de México, Buñuel había leído un relato en el periódico del cuerpo de un niño de doce años que se encontraba en un basurero, y esto se convirtió en la inspiración y la escena final de la película, llamada  «Los olvidados» (1950). 

Buñuel opinaba que una película debe comunicar indirectamente que vivimos en un mundo “brutal, hipócrita e injusto”. Cuando el delincuente juvenil Jaibo sale del correccional, asume el liderazgo de la pandilla callejera para ejecutar venganzas, robos y crueles palizas, sin respetar a tullidos ni a ciegos. 

Entre los pandilleros, el niño Pedro es repudiado por su madre, quien lo tuvo a los 14 años, antes de ser abandonada por el marido y Pedro tiene que robar en su propia casa la comida que se le niega. El rodaje duró 21 días, en medio de gran hostilidad del equipo, indignado por el perfil del personaje materno. Una madre mexicana jamás se comportaría a sí, alegaban. ¿Por qué no rodar una ‘verdadera’ película mexicana y dejar en paz las miserias?. Pero la película gustó mucho en Europa, fue bien acogida por Breton y los surrealistas, ganando el Festival de Cannes a Mejor dirección. 

Buñuel permaneció en México por el resto de su vida, aunque pasó períodos de tiempo filmando en Francia y España. En México, filmó 21 películas durante un lapso de 18 años. Para muchos críticos, aunque hubo ocasionalmente obras maestras ampliamente reconocidas como la mencionada Los olvidados,  Él (1953), Ensayo de un crimen (1955) o Nazarín (1959), inspirada en la novela homónima (1895) de Benito Pérez Galdós, adaptada por Julio Alejandro y por el propio Buñuel,  El ángel exterminador (1962) y Simón en el desierto (1965)  junto con Viridiana, forman la llamada «trilogía de Buñueliana»

Etapa internacional de Luis Buñuel 

Por mucho que agradeció el empleo estable en la industria cinematográfica mexicana, Buñuel aprovechó rápidamente las oportunidades para resurgir en la escena cinematográfica internacional y abordar temas que no estaban necesariamente enfocados en las preocupaciones mexicanas.

En 1961 realizó Viridiana (1961) , obra maestra absoluta del director español y la  única película española que ha ganado la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Aunque en España no se estrenó hasta 1977, pues las autoridades españolas, cuyos censores habían dado visto bueno al guión, consideraron irreverente la película. 

Ya como un director consagrado filmó en Francia Belle de Jour ( 1967) con una jovencísima Catherine Deneuve que fue la película firmada por Buñuel de mayor éxito comercial de toda su carrera.  Nueve años después del escándalo de Viridiana (1970), Buñuel regresa a España y vuelve a realizar una adaptación de su admirado Benito Pérez Galdós en «Tristana» (1970). La joven Tristana, al quedar huérfana, es encomendada a don Lope Garrido (Rey), que la toma a su cargo, la instala en su casa, donde vive con su sirvienta Saturna (Gaos), y la asedia emocionalmente y sexualmente hasta convertirla en su amante. Entre ambos se establece una doble relación paterno filial y de amantes, que da lugar a una situación compleja, de la que se aprovecha y abusa don Lope.

Dos años después vuelve rodar en Francia y con la película  El discreto encanto de la burguesía (1972) ganó su primer y único Oscar a Mejor película extranjera.

En su imprescindible libro de memorias «Mi último suspiro», Buñuel cuenta que cuando ya la película estaba seleccionada para los Oscar fue entrevistado por cuatro periodistas mexicanos que no cesaban de preguntarle si esperaba que la película ganara el Oscar. 

«Les contesté muy serio que sí, que ya había pagado los veinticinco mil dólares que me habían pedido. Los norteamericanos -les dije -tienen sus defectos pero son hombres de palabra. Cuatro días después los periódicos publicaban que yo había comprado el Oscar. En Hollywood se formó un escándalo y cuando Silverman llegó de París se enfadó mucho conmigo. Le dije que sólo era una broma. Cuando a la semana siguiente la película obtuvo el Oscar, yo seguí repitiendo a mi alrededor: Los americanos tienen sus defectos , pero son hombres de palabra».

La última película de Buñuel fue Ese oscuro objeto de deseo (1977), adaptada por Buñuel y Carrière de una novela de 1898 de Pierre Louÿs llamada La Femme et le pantin , que ya había sido utilizada como base de películas dirigidas por Josef von Sternberg ( El diablo es una mujer , 1935) y Julien Duvivier ( La Femme et le Pantin, 1959). La película, narra la historia de un hombre mayor que está obsesionado por una mujer joven que continuamente evade sus intentos de consumar una relación sexual. Después de despedir a Maria Schneider, por consumo de drogas, Buñuel pensó en seguir la filmación con dos actrices diferentes, Ángela Molina y Carole Bouquet,desempeñando el mismo papel en secuencias alternas a lo largo de la película.

Los temas recurrentes en el cine de Buñuel han sido, la exploración de la patología sexual, los efectos destructivos del machismo desenfrenado, el desenfoque entre de la fantasía y la realidad, el estado disruptivo de las mujeres en una cultura dominada por los hombres o lo absurdo de la vida religiosa

En Mi último suspiro, Buñuel nos muestra parte de su pensamiento: 

“En alguna parte, entre el azar y el misterio, se desliza la imaginación, la libertad total del hombre. La imaginación es nuestro primer privilegio, inexplicable como el azar que la provoca. Es la felicidad de lo inesperado”

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