Salvoconducto ( Laissez-passer, 2002) destila el amor de Tavernier por el cine

Bertrand Tavernier es un director que se caracteriza, entre otros aspectos, por la demostración constante de su amor por el cine. No es de extrañar, que se interesara por una de las etapas más oscuras del cine francés, la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

En la película Salvoconducto ( Laissez-passer, 2002), el director aborda la complejidad de los rodajes de las películas, bajo las bombas aliadas y la censura nazi y nos muestra las dificultades de los directores, actores, guionistas y técnicos franceses, que después de la guerra fueron duramente represaliados por los vencedores o condenados al olvido.

Para ello nos presenta a dos personajes protagonistas que se enfrentan de muy diferente forma a la ocupación alemana, por un lado Jean Devaivre (1912-2004),  basado en el personaje real, que posteriormente se unió a la resistencia, es ayudante de dirección y trabaja en la productora Continental, aunque secretamente colabora con la resistencia y por otro tenemos al guionista Jean Aurenche (1903-1992) también basado en el personaje real, que utiliza todas las argucias legales para evitar trabajar en dicha productora. Aurenche colaboró con diversos directores como Marcel Carné, René Clement y, más tarde, con el propio Bertrand Tavernier

Jean Aurenche durante la ocupación inició una fructífera colaboración con el escritor y periodista Pierre Bost (que también aparece en la película) , que fueron duramente criticados por los jóvenes cineastas de la Nouvelle Vague, sobre todo, por François Truffaut, quienes los acusaron de ser tan solo adaptadores de obras literarias, Aurenche y Bost vieron disminuir su prestigio durante la década de 1960. Hasta que volvieron a un primer plano gracias  a Bertrand Tavernier, quien los contrata para la adaptación de una novela de Simenon, en El relojero de Saint-Paul (1973).

Continental Films fue una productora de cine situada en París durante la Ocupación, que había sido creada por Joseph Goebbels, ministro de propaganda, a semejanza de la alemana AEG-Tobis-Klangfilm. El objetivo era mantener el control de la información y la producción cinematográfica en los territorios ocupados. Joseph Goebbels declaró el 19 de Mayo de 1942 :

“Nuestra política de cine debe ser idéntica a la de los Estados Unidos respecto al continente americano. Debemos convertirnos en el poder cinematográfico en el continente europeo. En la medida en que las películas se producen en otros países, deben permanecer exclusivamente locales. Nuestro objetivo es evitar, en la medida de lo posible, la creación de cualquier industria cinematográfica nacional”

En la película de Tavernier aparecen con su propio nombre, al menos otra media docena de personajes que existieron en la realidad. Alfred Greven, interpretado por Christian Berkel, fue un ex militar alemán que había realizado sus estudios en Francia y era un gran admirador del cine francés. Las directrices que Greven había recibido de Goebbels era competir con el cine norteamericano, produciendo películas ligeras, alegres y estúpidas. Pero Greven, ambicionaba realizar buenas películas francesas, irritando a Goebbels con su insubordinación y gracias a ello, se realizaron películas que no hubiesen pasado la censura del Gobierno de Vichy, tal y como asegura Bertrand Tavernier 

Otro personaje real es el poeta y guionista Jacques Prévert (1900-1977), considerado uno de los padres del movimiento cinematográfico Realismo poético francés y responsable de las películas mayor parte de las películas francesas de los años 1935-1945, sobre todo, con el director Marcel Carné. Durante la ocupación se refugió en Niza, pero siguió produciendo guiones, consciente de que los dramas históricos tenían una mejor oportunidad de evitar la censura de las autoridades de ocupación alemanas y el gobierno de Vichy del sur de Francia. 

Uno de los temas que aborda Tavernier en el film, es la completa destrucción del cine alemán y francés debido a la persecución y expulsión de los judíos del ámbito cinematográfico. Desde técnicos a directores, actores, músicos  y, sobre todo, guionistas, en su mayoría eran judíos y la calidad de las filmaciones de aquel momento se vió seriamente comprometida. Cuando Greven intentó convencer a Prévert de que trabajase para La Continental, garantizando su libertad artística. Rechazó su oferta niega y le recordó al alemán:

“habéis perdido la posibilidad de hacer buenas películas, no tienes a ningún judío contigo. Vete a Hollywood, no podemos hacer películas sin ellos”

Prévert protegió a su amigo el compositor Joseph Kosma y escondió al decorador de cine Alexandre Trauner. De hecho La Continental, incorporó a su nómina a los cineastas Henri Calef y Jean-Paul Le Chanois ( también aparece en la película), que eran judíos y comunistas, aunque no aparecían en los créditos de sus trabajos.

Junto a Jacques Prévert, Charles Spaak fue uno de los guionistas más importantes del cine francés en las décadas de 1930 y 1940, del denominado Realismo poético francés y es otro de los personajes reales que aparece en Salvoconducto. El dramaturgo y poeta Charles Spaak nació en Bruselas, llegando a Francia en 1920 y su compatriota el cineasta Jacques Feyder lo contrató como secretario antes de confiarle la adaptación y escritura de los guiones de sus películas. Durante la ocupación colaboró con la organización de espionaje llamada por los nazis La orquesta Roja y en la película está interpretado por el actor Laurent Schilling 

En la película también aparecen otros personajes reales de la época como el director, guionista y productor de cine Roger Richebé (Olivier Gourmet), el director francés de origen austro húngaro Richard Pottier ( Richard Sammel) que realizó interesantes colaboraciones con Jacques Prévert y Pierre North (Philippe Saïd)  líder militar que luchó en los servicios de contrainteligencia de la resistencia francesa, dejando el ejército para dedicarse a la literatura.  

Aunque la productora La Continental apenas completó treinta películas, fue un semillero de autores jóvenes entre los que se encontraban el propio Jean Devaivre, Henri-Georges Clouzot, Jacques Becker y Robert Bresson, a los que hay que añadir el ya experimentado Maurice Tourneur.

Maurice Tourneur (1876-1961) es otro personaje real que aparece en la película interpretado por el actor Philippe Morier-Genoud. Considerado a como un director “Clásico desconocido”. Ha sido un desconocido en España, pero también un olvidado en Francia, que no le perdonaron que desoyera la llamada a filas en 1914 y permaneciera en los Estados Unidos evitando la Primera Guerra Mundial. 

Tuvo un buen dominio del inglés de gira en el Reino Unido como actor, y en 1914 la compañía de películas Éclair, con la intención de expandir su participación en el mercado estadounidense, la compañía envió a Tourneur a los Estados Unidos para administrar su estudio en Fort Lee, en Nueva York y lo hizo acompañado por su hijo de apenas 10 años Jacques Tourneur

Tourneur rápidamente se convirtió en un director importante en la industria del cine estadounidense, demostrando ser uno de los pioneros más innovadores en el desarrollo de la película narrativa. Adepto en el uso de la última tecnología para dar a sus imágenes un mayor atractivo visual, se ganó la aclamación de la crítica y el éxito popular. 

En 1922 la industria cinematográfica estadounidense había evolucionado hasta convertirse en un negocio que no Tourneur no aprobaba, ya que el productor principal y los ejecutivos de los grandes estudios, se convirtieron en la fuerza dominante en la industria del cine desde mediados de los veinte hasta principios de los cincuenta.

Tourneur no trabajaría bajo la supervisión de un productor asignado de MGM, por lo que se repatrió a su Francia natal en 1926. Pero su país no había olvidado que era considerado un desertor y en 1928 con la prensa recordando su pasado insumiso y antipatriótico, es expulsado del país y marcha a Berlín acompañado de Jacques que fue su ayudante de dirección en la aventura alemana y continuaría colaborando con su padre en el montaje de sus películas hasta mediados de los años 30.

En 1942, Maurice Tourneur dirigió su primera película de terror francesa, un género en el que su hijo Jacques prosperó en los EE. UU. La mano del diablo (1943) es una adaptación del cuento de Gérard de Nerval de 1832, un dilema fáustico que tuvo una gran resonancia en el público de la Francia ocupada y de la que aparecen imágenes de su rodaje en la película de Tavernier 

La película fue galardonada con dos Osos de Plata a mejor Actor para Jacques Gamblin que encarna al ayudante de dirección Jean Devaivre y a la banda sonora realizado por Antoine Duhamel . Es muy destacable la ambientación de la película, en un ambicioso intento de recrear una época donde el cine europeo se jugaba su futuro. En Alemania tardó casi tres décadas en recuperarse y en Francia, salvo honrosas excepciones, no se volvió a hacer buen cine hasta los años sesenta.

Todos aquellos profesionales que lucharon, cada uno a su manera, por salvar al cine francés, fueron repudiados y represaliados por el Comité de Purificación del Cine en Francia después de la Liberación, poniendo a dichos autores y actores en una lista negra. Algunos de ellos, como Pierre Fresnay, entonces presidente del sindicato  «La Famille des professionnels du spectacle» y la actriz Ginette Leclerc permanecieron en prisión durante un año y Clouzot tuvo que esperar tres años para salir del purgatorio y filmar su película Quai des Orfèvres en 1947.

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